´Azucena Palencia´

http://www.levante-emv.com/opinion/2012/01/06/azucena-palencia/870211.html

Quien dice ser amigo y desearme lo mejor, me ha enviado una serie de recortes de prensa y documentos, pidiéndome que le diga como lo veo. Resumiendo, se trata de los padres de una niña autista han llegado a la conclusión de que quieren que su hija estudie y conviva en su barrio para que su educación sea inclusiva, tal como recomendaban expertos internacionales hace 20 años en Salamanca, y que sea su entorno social el que la conozca y relacione con ella de cara al futuro.
El resto lo adivino sin haber leído la documentación. Que si la niña no se relaciona con sus compañeros, que retrasa al resto de los alumnos, que lo que precisa es una enseñanza “especial”,… y a partir de aquí supongo que se decide expatriar a la niña a un centro “especial”. Se les comunica a los padres, supongo que estos ponen reparos y se niegan, el departamento de turno en educación toma el acuerdo de destierro al centro de educación “especial”. Los padres se oponen y chupan todo el procedimiento administrativo, la administración fabrica a medida los informes que avalan la orden de exilio, los padres acuden a la administración de justicia,… vamos lo mismo que en cientos de casos en la piel de toro, pero en este caso ocurre algo nuevo.
No es lo nuevo el que los padres de algún alumno con diversidad funcional se nieguen a llevar al hijo al centro asignado. ¿Quién le daría lo que considera veneno a su hijo, por más que se lo recetaran? No es nuevo que en la demanda judicial los padres pidan como medida cautelar que los hijos continúen yendo al colegio ordinario, aunque seria apertura de los telediarios el que un juez lo hubiera concedido. Los autos dictados dicen que nones, que el niño tiene que ir al colegio de segregación hasta que se resuelva la demanda, cuestión que por el atasco judicial puede tardar años y resolverse cuando el escolar ha acabado la mili o llegado a la menopausia.
No recuerdo en este momento si ha habido antecedentes de que, como en este caso, el juez haya estimado llevar el procedimiento de una forma abreviada, parece que por entender que afecta a derechos fundamentales. Bien recibida es esta novedad.
Pero lo novedoso es que la fiscalía tercie. Hasta ahora había mirado, en toda la piel de toro, para otro lado cuando los padres no llevaban a los niños al centro segregador, y digo mirado para otro lado porque tiene la obligación de mirar por el interés de menores y discapacitados, pero en este caso ha presentado denuncia por abandono familiar de los padres. Vamos, una puñalada trapera por la espalda, porque mientras los padres se pelean en un juzgado para que su hija vaya al cole de la esquina, la fiscalía presenta la denuncia por abandono familiar en otro juzgado. ¿Casualidad?
Yo de derecho lo justo, llego hasta donde llego. Pero en el asunto que nos ocupa creo relevante el hecho de que un juez que lleva la demanda contra educación, presentada por los padres, no admita medidas cautelares y lleve el proceso de forma abreviada (o como se llame), permitiendo que Azucena no llegue a la menopausia sin haber resuelto el caso y manteniendo una situación (educación segregada) que indudablemente puede llevar a su exclusión social.
Los informes que tan de cabeza traen a tantos padres no especifican que apoyos concretos se precisan para su inclusión en aula ordinaria. No entran ahí, dicen que a centro “especial” y a la gente se le cae la baba cuando escucha “especial”. Los fiscales, jueces y sociedad en general entienden por especial un trato mejor y personalizado. Nosotros, los cascaos, no queremos un trato “especial” y hay que explicar lo que lleva lo de “especial”. Los expertos internacionales que se reunieron en Salamanca hace 20 años dijeron bien claro que los centros de educación especial de entonces debían de reconvertirse en centros en los que se formara al personal docente para atender a las personas con diferentes tipos de limitaciones, de tal manera que cuando se trate de que un niño autista llega a un cole el profesor pueda recurrir al centro de educación especial que en definitiva debe ser un centro de recursos y formación continua del profesorado.
No sé si procederá o no, pero la forma de actuar con los niños discriminados por su diversidad funcional no es nueva,  todo está inventado. 1). Se difunde mediante propaganda que los cascaos son una carga y retrasan el aprendizaje de los otros niños. 2). Se vende la burra de que eso se soluciona con una atención “especial” en centros especiales. 3). Se fomentan artículos en publicaciones  y saraos que dan barniz científico y profesional a la segregación y se inoculan en el sistema educativo de las profesiones estratégicas (psicología, docencia, medicina, justicia,….). Aunque hay que recordar que la segregación ya ha sido inoculada desde las primeras etapas educativas, como en este caso en el que se pretende que los niños del entorno social de Azucena no convivan con su vecina. 4). Se burocratiza el procedimiento para diluir responsabilidades entre los distintos intervinientes (profesores, médicos, psicólogos, jueces,….) de tal manera que cada uno firma un papelillo y salva su responsabilidad y conciencia.
La estructura de orden y obediencia instaurada esta diseñada para esfumar responsabilidades por todo el tramado burocrático que participaba en estos procedimientos y el nazismo lo aplicó con éxito para cargarse a discapacitados, tal fue el éxito que luego lo utilizó para llevarse por delante a judíos, gitanos rumanos, homosexuales, comunistas, … Tampoco es cuestión de comparar, Hitler se los llevo por delante físicamente y aquí lo que se hace es hacerlos desaparecer socialmente, lanzarlos a una dimensión paralela.
Da igual lo que digan la Constitución, las leyes, la convención de los derechos de las personas con discapacidad, da igual. Lo importante son las circulares, ordenes internas y demás herramientas que llevan a la segregación. Tampoco es un invento español, los franceses ya inventaron lo que se llamó “carta blanca”. Es imprescindible evitar la inclusión social de los menores, si no se les excluye no se les puede rehabilitar, y hay un montón de trabajadores que viven de eso, de programas de integración social de discapacitados. No puede permitirse que los niños discapacitados convivan con sus iguales, porque eso impediría que se pudieran hacer maravillosas y costosas campañas de mentalización para convencer a la sociedad de que los discapacitados tienen derecho a participar y estar incluidos en las actividades sociales.
En lo referente a los niños con autismo no dejo de maravillarme por la actitud de las administraciones educativas. En cuanto pía algún profesor o padre de un alumno ordinario, señalando que hay un diferente, se despliega el protocolo segregacionista y se dicta lo necesario para condenar al autista a centro especifico, aula segregada o tratamiento de alumno florero en aula ordinaria. Se dice que el autista tiene limitaciones de comunicación y ello le limita para convivir en clase con alumnos normales. No sé yo, si un autista tiene dificultades para comunicarse con niños normales, cómo va a comunicarse con otros 5 autistas en un aula. Si un profesor no puede atender a 1 autista con niños normales, cómo lo va a hacer con 6 autistas a la vez.
Yo conozco al menos 3 niños autistas que van a un aula ordinaria y conviven con niños de serie, normales. Una de las madres me decía que en una reunión de padres recientemente le dijeron que la presencia de su hijo autista había logrado que sus compañeros crecieran siendo respetuosos y solidarios con los diferentes, que casi había aportado más el niño autista a sus compañeros que había recibido. Me lo decía con un hilo de voz, recordando que nunca habían dejado de invitar a su hijo a un cumpleaños, que cuando su hijo tenía un día malo o algún comportamiento no usual, los compañeros le ayudaban o llamaban la atención de la profesora. Que en las excursiones escolares todos los compañeros estaban pendientes de su hijo para que no se despiste, que cuando va por la calle todos los alumnos del colegio le saludan, y eso la madre lo entiende como que en el futuro su hijo podrá ir por el barrio con la tranquilidad de que siempre habrá alguien que pueda ayudarle si hace falta. Y lo que es más importante, el niño se comunica bastante bien y ha ido aumentando su concentración con el tiempo, llegando al punto de que los médicos que le atienden recomiendan a todos los padres de niños autistas que los padres luchen para que sus hijos vayan a centros ordinarios y que exijan que se pongan los recursos personales y materiales que se precisan para que el niño avance en su inclusión.
Seguramente estos chicos escaparon de que se les hiciera un informe psicopedagogo y por eso continúan en aulas ordinarias. Los informes psicopedagógicos son imprescindibles para mantener el sistema educativo; en el caso de que a un niño con discapacidad no se le haga el famoso informe y el correspondiente dictamen escolar, mandándolo a un centro “especial”, puede pasar lo que ha pasado con Pablo Pineda, un chico que es licenciado, y Blanca Sansegundo que está haciendo estudios de grado en la universidad. Ambos con Síndrome de Dow.
Por lo que toca a lo que le he dicho a mi amigo sobre lo que me ha hecho llegar, tal como yo lo veo no es un caso de abandono familiar, se trata obviamente de abandono social y eso es lo que debería denunciar la fiscalía, y en el improbable caso de que la justicia resolviera condenarles, que no se rebajen a pagar un euro de multa, antes la cárcel que perder la dignidad, y si les retiran la patria potestad para encerrar a Azucena en el Boecillo de la zona, no faltaran manos para asaltarlo, porque yo también soy padre de Azucena y me niego su muerte social.
Valencia, 04 de enero de 2012

Vicente Valero Sanchis – Velador por el cumplimiento de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.

Las discapacitadas salen de su encierro

REPORTAJE: Vida&artes  (El Pais, 29/Nov/2011)

A muchas mujeres con problemas la sociedad las confinó y les negó las relaciones, el sexo, la maternidad – Algunas llevaban décadas sin pisar la calle – Recuperar la autoestima es la prioridad.

A la izquierda, Carme Riu, presidenta de Dones no Estándar, con otras compañeras.- M. MINOCRI

Una silla de ruedas sigue concentrando las miradas. O unas muletas con dos piernas rígidas balanceándose a cada salto. Sin embargo, la discapacidad puede a veces ser muy invisible. Estamos hablando, claro, de mujeres, muchas de ellas encerradas en casa durante años, privadas de relaciones, de sexo, de maternidad… También de cualquier forma de participación en la vida pública, pero cuando esta se consigue los varones van dos pasos por delante. Estas mujeres tienen una doble agenda para combatir su doble discriminación: romper la barrera que las condena en tanto mujeres con discapacidad y pelear el espacio público que ocupan mayoritariamente sus compañeros.

Los dispositivos de ortopedia suelen ser pesados y con diseño masculino

Adoptar un hijo es más complicado para alguien que va en silla de ruedas

Los aparatos sanitarios no suelen estar adaptados para este colectivo

La discapacidad intelectual y mental es la que se lleva la peor parte

La ONU recogió muchos derechos pero las leyes aún no se han adaptado

El mundo rural supone un obstáculo más para estas mujeres

 Se trata, pues, de recuperar el rol femenino por completo, negado por la sociedad, cegado a veces con bisturí, y, una vez ahí, alcanzar la igualdad con los hombres. O mejor, las dos cosas a la vez, no hay tiempo que perder.

No hay cifras, pero las expertas saben que cuando a una mujer le sobreviene una discapacidad, por ejemplo por accidente de tráfico, el divorcio llega a veces antes que la salida del hospital. “Si no hay hijos se entiende que ya nunca los habrá. Si los hay, a veces la madre reparte la indemnización recibida del seguro para no ir a juicio y poder quedarse con ellos, porque algunos jueces no entienden que una mujer discapacitada pueda hacerse cargo de sus hijos“. Maite Gallego no da detalles, ni nombres, pero conoce bien ese mundo sórdido del que habla, por eso presta su relato, con final feliz, para este reportaje. Porque, después de años de lucha, empiezan a verse algunos rayos de luz.

La silla de ruedas que ella maneja no acabó con su matrimonio, que se enriqueció después de sobrevenir la discapacidad con la llegada de una niña desde China. Las tribulaciones del proceso de adopción las contará después. La vida que lleva Maite Gallego es un ejemplo de lo que buscan las mujeres con discapacidad con la aprobación del segundo manifiesto de los Derechos de las Mujeres y Niñas con Discapacidad de la Unión Europea, una herramienta que ha de servir a los políticos para pasar de la teoría a los hechos. Este manifiesto surge en España, “donde se ha avanzado mucho en las políticas transversales de género“, explica Ana Peláez, presidenta de la Comisión de la Mujer del CERMI, la gran plataforma española de las organizaciones de discapacidad. El manifiesto, pues, surge en España, pero nace con el apoyo del Lobby Europeo de Mujeres, del que es miembro el Foro Europeo de la Discapacidad, y busca la plena inclusión de las mujeres con discapacidad en un mundo igualitario. Peláez, que es ciega, explica así parte del problema: “A las mujeres con discapacidad no se nos considera en nuestro rol femenino, es como si fuéramos asexuadas. Parece que ni la sexualidad, ni la maternidad fuera con nosotras, pero tampoco la representación política, sindical o en nuestras propias organizaciones“.

Efectivamente, las organizaciones de la discapacidad están muy feminizadas, “alrededor del 60% son mujeres”, pero tampoco encuentran el techo, por más que quieran subir. Ellas siguen abajo. Así pasa que cuando Europa decide hacer accesibles los medios de transporte a las personas con discapacidad empiezan por los aviones. “Justo lo que usan más los hombres. ¿Por qué no empiezan por los autobuses urbanos, que son los que usamos nosotras mayoritariamente? Eso sería hacer las cosas en clave de género”, se queja Peláez.

Así pasa, también, que cuando se diseña un reloj para ciegos que vibra, que canta y al que solo le falta bailar, resulta que no hay más que modelos masculinos y que son carísimos, así que, serán los ciegos y no las ciegas, los clientes más probables.

Y pasa, por dejarlo en tres ejemplos, que las muletas existentes en los catálogos ortopédicos de la seguridad social pesan tanto que si son ágiles para alguien será para los hombres.

Pero ocurren cosas aún peores. “La represión con estas mujeres ha sido brutal. A ellas se las ha encerrado en casa por temor a que parieran un hijo mientras a ellos se les llevaba al prostíbulo. En las residencias de personas con discapacidad no se permiten las relaciones sexuales, un derecho que sí tienen en las cárceles“. Sin pelos en la lengua ni muchos miramientos con el lenguaje, Carme Riu, presidenta de la asociación catalana de Dones no Estándar, prosigue con su relato de las cosas: “A los hombres con discapacidad, la familia trataba de buscarles una novia, aunque fuera un poco bobita, para poder formar una familia. A la mujer se la encerraba en casa con su pensión no contributiva y los hermanos nos decían que teníamos mal carácter. Y ¿qué pasa cuándo se mueren los padres? Una chica sola con una paguita que no ha gestionado en su vida…“.

La asociación de Carme Riu saca a estas mujeres a la calle y las enseña a ocupar el espacio público, a coger medios de transporte, a recuperar su autoestima, solucionar su analfabetismo y avanzar hacia el mundo laboral cuando es posible. “Algunas llevaban 40 años casi sin pisar la calle“. “Las mujeres debemos ir codo con codo, todas, en busca de la igualdad. Y nosotras podemos aportar mucho“, dice.

La ayuda más preciada, llega, muchas veces, con el ejemplo: viendo a Maite Gallego pasear a su hija con la manita agarrada a la silla de ruedas; buscando la niña las rampas para que pasen las ruedas de la madre, sin traumas, sin complejos. Con naturalidad. Como cuando riñe, con su voz de niña, al conductor que ha dejado el coche aparcado en el rebaje de la acera. Y el señor le contestaba, paternalista: “Qué graciosa, son solo cinco minutos, guapa”. Y la niña soltaba: “Otro con lo de los cinco minutos, mami”.

Pero hasta que llegó esa naturalidad Maite Gallego tuvo que escuchar frases indeseables, por ejemplo cuando decidieron adoptar en China y empezaron las preguntas de los expertos para determinar si la pareja era idónea para criar un hijo. O sea, para determinar si lo era esa mujer en silla de ruedas. ¿Y si la niña se cae? ¿Y si se pone mala? ¿Y cómo la bañarías? “Cuando me harté le dije: ¿Y dónde está escrito que voy a ser yo la que la bañe?”. La casa de Maite está perfectamente adaptada y cuando fueron a visitarla lo comprendieron y les dieron el certificado de idoneidad. Luego llegó la niña. “Cuando se caía venía llorando a mi silla para que le hiciera unos mimos. Y nunca se me escapaba por la calle porque sabía que no podía hacerlo; se le escapaba al padre, más bien. Maduran pronto y se adaptan a las circunstancias. Cuando jugaba a las muñecas se sentaba en una sillita, era su forma de ser la madre”, describe Gallego.

“La imagen más negativa de la mujer con discapacidad es la maternidad. No se asume que ella no pueda cumplir con su deber de cuidar a los menores”, acusa Gallego.

“Pero la mujer cuida hasta cuando es discapacitada”, añade Carme Riu. Esa es la doble discriminación. Mientras el resto de mujeres están luchando para que no se les adjudique siempre el papel de cuidadoras de niños, de ancianos, de enfermos… las que tienen discapacidad aún pelean porque les dejen cuidar a sus hijos.

Los cuidados tienen otra vuelta de tuerca en el mundo de la discapacidad, porque para alguien que los necesita, no recibir esos cuidados ya es una forma de violencia, un brutal abandono, quizá una tortura.

La violencia de género, en este ámbito, es una jaula de difícil escapatoria. Ana Peláez menciona el caso de aquellas mujeres que podrían contar al médico de familia el maltrato que reciben. “Pero resulta que para entrar al consultorio alguien tiene que empujar su silla de ruedas. La intimidad que requiere una confesión así se pierde por completo”, señala.

En el campo sanitario se ponen de manifiesto muchas de las carencias que sufren estas personas. Cómo subir a una camilla de exploración ginecológica, aparatos de mamografías que no están a la altura adecuada, espacios para desvestirse que no tienen las dimensiones suficientes…

Con todo, son la discapacidad intelectual y la mental las que se llevan la peor parte. “La violencia se ejerce siempre con el más débil y el perfil más débil es el de mujer con discapacidad intelectual, soltera y madre”, empieza Pilar Cid, del área de Mujer y de la Oficina de Vida Independiente de la Asociación Afanias, para personas con discapacidad intelectual. “No hace mucho estaban encerrados en psiquiátricos y a partir de los sesenta se fueron consiguiendo poco a poco el derecho a la alfabetización, a la educación completa, al trabajo”.

Es en 2006 cuando se incluyen los derechos de los discapacitados bajo el manto de la ONU, “pero las leyes todavía no han cambiado del todo y las costumbres siguen mandando”, lamenta Pilar Cid. Y a pesar de lo que dice la convención de la ONU, a una mujer con discapacidad intelectual se le suele retirar el hijo que pare hasta que se demuestra que puede cuidarlo como otras madres, en lugar de prestarle apoyo, como dice la ONU.

En organizaciones como Afanias se quejan de la invisibilidad de las madres con discapacidad. “No existen. Hay guías sobre violencia de género, se trata la sexualidad… Pero no hay subvenciones para educar sobre la maternidad, las madres, sencillamente, no existen para la Administración”, lamenta Pilar Cid.

“A veces las asfixiamos a base de cariño, de sobreprotección, en definitiva, es que no se las considera personas completas, es difícil verlas con los mismos derechos que a los demás. En los países nórdicos se les dan muchas subvenciones desde que nacen, pero no salen de casa, están en una jaula de oro”, asegura Cid.

Otra jaula puede ser el mundo rural, donde las mujeres tienen menos visibilidad que los hombres y donde las condiciones de movilidad son peores, caminos sin asfaltar, casas con grandes escaleras. Por otro lado, una simple depresión ya es un asunto tabú en los pueblos, así que un problema mental grave constituye un terrible estigma. La doble discriminación puede ser aquí triple, por mujeres, por la discapacidad y por estar en un mundo más cerrado, donde la penetración de las conquistas igualitarias no ha calado tanto. “El problema de fondo en el mundo rural lo tienen las mujeres en general, porque los roles que desempeñan están todavía muy marcados por la inercia de siempre”, explica Jesús Casas, director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural. “Por eso, esa doble discriminación puede estar más acentuada que en el mundo urbano”, añade. “Es una gran paradoja: las mujeres son la parte estructural de los pueblos, y, sin embargo, son las menos visibles”.

 

De sexualidad y esterilización

Con la conquista del derecho al trabajo para las personas con discapacidad intelectual llegó el dinero… y la independencia. Pero, para las mujeres, una vida sexual libre podía significar un embarazo y eso eran palabras mayores. “A veces, desde posturas progresistas, para que pudieran disfrutar de su sexualidad, se reivindicaba la esterilización. Además, es sencillo, porque el familiar puede pedir la incapacitación, convertir a la mujer en una niña eterna y decidir un ligamento de trompas, así, sin más”, explica Pilar Cid, responsable del área de la Mujer y de la Oficina de Vida Independiente de la Asociación Afanias, para la discapacidad intelectual.

En una sociedad que no comprende y rechaza sistemáticamente los problemas que tienen su origen en el cerebro, los caminos siempre están llenos de obstáculos. Que no se quieren esterilizar, mal. Que se quieren esterilizar, pues tampoco.

Concepción todavía conserva humor para reírse de su suerte. Su discapacidad intelectual apenas es perceptible: un endemoniado mecanismo en el cerebro que le impide hacer los deberes del colegio: sumar, restar, multiplicar, leer con soltura… Pero que no le impide desempeñar las tareas cotidianas de la vida. Ni criar a su hijo, también de padre con discapacidad intelectual, que no tiene problema alguno. Ambos trabajan en Afanias y se empeñaron en casarse y agrandar la familia. Pero el parto y la crianza primera fueron complicados. “Además, padezco de migrañas y los anticonceptivos me venían fatal. No quería tener más hijos así que decidí hacerme una ligadura de trompas”.

Pero el médico, al entregar su informe en el que figuraba su discapacidad, decidió que ella no era quien para someterse a esa operación sin un tutor que lo autorizara. Así que pensaron que fuera su marido el que pidiera una vasectomía: ni un problema, nadie preguntó, se la hicieron y punto.

El desparpajo con el que Concepción habla de su vida al lado de su marido, “educado con caprichos y sin saber hacer nada de la casa”, de cómo afronta la educación de su hijo, “con las mismas incertidumbres de cualquier madre”, despejan todas las dudas que cualquier médico pudiera tener sobre su maternidad o su decisión de esterilizarse. Pero aquel médico solo vio el papel con su 35% de discapacidad intelectual.

 

Un manifiesto para la igualdad

Algunas pinceladas del Manifiesto de los Derechos de las Mujeres y Niñas con Discapacidad de la Unión Europea:

– “Deben tener el derecho a ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un entorno laboral abiertos, inclusivos y accesibles…”.

– “Todos los servicios de atención a mujeres (especialmente en los ámbitos de la salud, la maternidad, la violencia contra la mujer y la atención a la infancia) deben ser plenamente accesibles“.

– “Las refugiadas, residentes en territorios en conflicto armado u ocupación, así como las supervivientes de desastres naturales, están expuestas a un mayor riesgo de sufrir violencia o abusos… Proporcionar servicios basados en las necesidades individuales de las mujeres y niñas con discapacidad en situaciones de riesgo y emergencia humanitaria“.

– “Han de poder ejercer su capacidad jurídica tomando sus propias decisiones […] además de sus derechos a poseer y heredar bienes, controlar sus asuntos económicos y tener acceso en igualdad de condiciones a préstamos bancarios, hipotecas…”.

MANERAS DE VIVIR : “Una vida que merezca ser llamada vida”, por Rosa Montero

ROSA MONTERO, El Pais, 30/10/2011

Hoy voy a hablar de un puñado de guerreros. De héroes y heroínas tenaces y discretos con los que convivimos sin apenas darnos cuenta de que están ahí. Como nuestra sociedad convencional y cobarde nos tiene hambrientos de épica, cuando vamos al cine los ojos nos hacen chiribitas viendo La guerra de las galaxias y otras películas de superhéroes pueriles, pero curiosamente no advertimos que hay batallas mucho más grandiosas y difíciles que se están librando en la puerta de enfrente. De hecho, hacemos todo lo posible por no enterarnos. Estoy hablando de la diversidad funcional; es decir, de aquellas personas que, por razones distintas (discapacidad intelectual, parálisis musculares o cerebrales, etcétera), están de alguna manera limitadas en su funcionamiento. Pero lo verdaderamente trágico es que a esas condiciones físicas, la sociedad añade un encierro mucho más difícil de superar: el aislamiento total de la persona, su desaparición de nuestra vida. No queremos ni cruzarnos con ellos. Ah, cuánto nos incomoda la visión de un tetrapléjico, y aún peor la de un paralítico cerebral. Con falsa compasión, con paternalista condescendencia, si topamos con alguien así en un sitio público, solemos mantener la línea de nuestra mirada por encima de la silla de ruedas, como si no estuvieran. Es fácil hacerlo. Quedan por debajo.
Las personas con este tipo de problemas son capaces de construirse una existencia digna
“Yo soy una persona con diversidad funcional, concretamente tetraplejia, y lo que verdaderamente sufro es la continua discriminación, bien sea tosca o sutil, a la que nos somete la sociedad. Hoy por hoy vivo en mi casa, sujeto a un arresto domiciliario (con la ayuda a domicilio que me proporciona la Ley de Dependencia), como paso previo a un encarcelamiento mayor: la residencia”. Esto me lo dijo un lector en una carta hace algunos meses. Se llama Miguel Rueda y es uno de los guerreros a los que me refería. Miguel, que incluso rechaza que se use, como yo estoy haciendo, el adjetivo “heroico” (“somos considerados héroes o parias y nosotros sólo queremos ser personas”), pertenece al Foro de Vida Independiente, que lucha por una existencia no segregada y no encerrada para la gente con limitaciones funcionales. Por una vida con igualdad de oportunidades.

Porque esa vida es posible. Las personas con este tipo de problemas son capaces de construirse una existencia independiente y digna, siempre y cuando la sociedad no les aparque en esas tétricas cárceles terminales que muy a menudo son las residencias (por cierto: en los últimos tres años, dieciséis asilados han perdido la vida en España a manos de sus cuidadores, por asesinato o por descuido homicida). Te voy a hablar de algunos casos: de Sandra Mosquera Paredes, que tiene parálisis cerebral y que, a fuerza de disciplina, heroica entereza y prodigioso empeño, ha conseguido salir de la silla de ruedas, caminar y ser casi totalmente autónoma. Con poco más de veinte años, está terminando de estudiar su segunda carrera en la Universidad de La Coruña (Educación Social y Psicopedagogía). Hay un relato estremecedor de Sandra titulado Una vida diferente en el que narra su lucha: en ocasiones, explica el cuento, la niña sólo quería morirse. Pero en otros momentos “veía la parálisis cerebral como un gran don, y, aunque parezca mentira, se lo pensaría mucho si le propusieran volver atrás: nacer normal y no recordar nada de lo que había aprendido”. Sandra escribió esto con dieciséis años: son guerreros precoces. No tienen más remedio.

Las mismas limitaciones físicas muestra María Pilar Martínez Barca, de 49 años. María Pilar no ha podido abandonar la silla de ruedas, pero sin levantarse de ella se ha hecho doctora en Filología Hispánica, poeta con una amplísima obra publicada, crítica literaria, colaboradora habitual en la prensa aragonesa (es de Zaragoza) y nacional. Ahora está escribiendo su primera novela, de la que he podido leer apenas una pizca: es un texto magnífico. También José Fortuny, de quien ya he hablado varias veces, es un escritor impresionante. José tiene una enfermedad degenerativa, atrofia muscular espinal, que lo está paralizando poco a poco (tiene que escribir con un programa de voz). Hace años publicó un libro deslumbrante en el que cuenta su pelea sobrehumana (Diálogos con Áxel, Ediciones de la Tempestad/Círculo de Lectores, Barcelona) y acaba de terminar su primera novela, una sátira terrible y divertida, para la que está buscando editor.
Hay muchos guerreros más, héroes anónimos capaces de proezas increíbles siempre que la sociedad no se lo impida aplicándoles una política asistencialista próxima al campo de concentración. Una lectora, Rita Álvarez, directora de un Centro de Diversidad Funcional en Tenerife, me cuenta que sus campeones, como ella los llama, y desde luego lo son, han constituido una asociación llamada ASLA (Asociación sin Límites de Accesibilidad) que está elaborando un inventario de las barreras de accesibilidad para la discapacidad intelectual, y que reclaman tutores de empleo y pisos en alquiler compartidos. Reclaman, en fin, una vida que merezca ser llamada vida. No es una utopía: pueden tenerla. Pero, para conseguirlo, lo primero que tenemos que hacer es atrevernos a mirarlos.

 

Desintitucionalització de les persones amb diversitat funcional, una qüestió de drets humans

OPINIÓ / Antonio Centeno / 25.10.2011 – Publicat a Social.cat

Llicenciat en Matemàtiques per la UB ha participat en diferents iniciatives de caire social. Membre del Fórum de Vida Independent i Divertat des de 2004, ha col·laborat en l’elaboració de documents de la Llei d’autonomia personal i la Llei de serveis socials de Catalunya, entre altres tasques.

Les persones que tenim un cos que funciona de manera diferent a la norma estadística patim una discriminació històrica i sistemàtica que ens priva d’exercir plenament la nostra ciutadania. Tanmateix, la primera década del segle XXIè va suposar una transició teòrica definitiva del model mèdic de la “discapacitat” cap al model social de la diversitat funcional. En el primer, es considera que el cos és la causa dels problemes que afecten la persona i centra els esforços en rehabilitar la funcionalitat d’aquest cos, aplicant un assistencialisme graciable  allà on no serveix la medicina. En el segon, es valora que és el medi social el que ha de ser tranformat per garantir la plena ciutadania, independentment de les diferències funcionals de cada cos, amb un enfocament de drets universals i subjectius. Part d’aquest canvi de mirada i de pensament s’expressa en la proposta, sorgida de la pròpia experiència vital, de substituir el terme “discapacitat” per “diversitat funcional”, entenent que les diferències funcionals són inherents a la condició humana i una expressió més de la seva rica diversitat. No té sentit definir ningú en funció d’unes suposades “capacitats” que, en realitat, depenen del medi social amb el que interactua la persona.
 
El cop de gràcia al model mèdic va venir de la mà de l’ONU, amb la Convenció dels drets de les persones amb “discapacitat”, que forma part del nostre ordenament jurídic des del 3 de maig de 2008. Aquest conveni internacional demana respecte per les diferències, defuig plantejaments basats en la defectologia i té com a objectiu garantir l’exercici efectiu de tots els drets humans i el respecte a la dignitat inherent de les persones amb diversitat funcional (art 1). En particular, reconeix explícitament el dret a la vida independent i obliga els Estats a proporcionar l’assistència personal necessària per a fer vida en comunitat (art 19), amb plena participació social i en igualtat d’oportunitats amb la resta de la ciutadania. És a dir, tota persona ha de poder disposar, si així ho decideix, dels suports professionals necessaris per dur a terme les tasques quotidianes que no pugui fer sí mateixa i evitar ser internada en una institució per seguir formant part de la seva comunitat.  
 
L’órgan que supervisa el compliment de la Convenció, el Comité dels Drets de les Persones amb “Discapacitat”, a la Sisena sessió 19-23 Setembre 2011, va presentar les seves conclusions sobre els informes dels Estats Parts i va fer importants observacions a Espanya en referència al dret a la vida independent i l’assistència personal per a fer-lo efectiu. A l’observació (39) el Comitè “está preocupado por la falta de recursos y servicios para garantizar el derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad, en particular en las zonas rurales. Le preocupa además que la elección de residencia de las personas con discapacidad se ve limitada por la disponibilidad de los servicios necesarios, y que aquellos que viven en instituciones residenciales son informados de que no hay alternativa a la institucionalización” , a la (40) “insta al Estado Parte a asegurar la disponibilidad de un nivel adecuado de financiación para garantizar que las personas con discapacidad: disfruten de la libertad de elegir su residencia en igualdad de condiciones con los demás” i a la (42) “alienta al Estado Parte a ampliar el recurso de asistencia personal a todas las personas con discapacidad de conformidad con sus necesidades
 
A nivell europeu, el 23 de setembre de 2009, el grup Ad Hoc d’experts sobre la transició de serveis serveis residencials cap a serveis comunitaris entregava al Comissari Spidla un informe en que recomanen als estats “adoptar estratègies i plans d’acció basats en els principis bàsics comuns -establerts a l’informe- , acompanyats d’un calendari clar i pressupost pel desenvolupament de serveis a la comunitat i la clausura de les institucions residencials de llarga estada”. Posteriorment, el 3 de febrer de 2010, el Comité de Ministres adoptava la Recomanació CM/Rec(2010)2 sobre la desinstitucionalització i la vida en comunitat dels infants amb diversitat funcional, que demana els governs dels estats “prendre totes les mesures legislatives, administratives i altres apropiades per adherir-se als principis establerts a l’apèndix d’aquesta recomanació per tal de sustituir els serveis residencials per serveis comunitaris dins d’un calendari raonable i un enfocament global
 
El Conseller Cleries va declarar, als pocs dies del seu nomenament, que a la segona part de la legislatura crearia un Sistema Català per a l’Autonomia Personal. En aquests moments ja té dos reptes urgents que entomar relacionats amb aquesta qüestió; d’una banda, finançar l’internament en institucions és més car (3.150 €/mes segons Cartera de Serveis, 3.231 €/mes segons memòria econòmica de la CSS, 3.000 €/mes segons El País) que els suports per a fer vida independent, tal i com ho demostren els projectes pilot de Barcelona (2.500€/mes de mitjana), Catalunya, i el de la Comunitat de Madrid. D’altra banda, ha de fer front als compromisos internacionals en matèria de drets humans, en la direcció que ens demanen des d’Europa i des de l’ONU. Sembla, doncs, que cal posar-s’hi ja, ara, a treballar de valent per elaborar un pla de desinstitucionalització de les persones amb diversitat funcional a Catalunya, que reculli les recomanacions de l’informe del grup Ad Hoc d’experts sobre la transició de serveis serveis residencials cap a serveis comunitaris i que implementi tant la Recomanació CM/Rec(2010)2 sobre la desinstitucionalització i la vida en comunitat dels infants amb diversitat funcional com les observacions finals del Comitè dels Drets de les Persones amb “Discapacitat” sobre l’article 19 de la Convenció.

Valldigna Accessible rep noves “fotos-denúncia”

Mancances d'accessibilitat. Salva Escrihuela Espí, oct-2011

Els nostres associats ens han fet arribar una sèrie de fotografies on queden reflectides les mancances d’accessibilitat que, a dia d’avui, podem trobar a la platja de Tavernes. El més lamentable és que obres de recent construcció (2009-2010) encara tenen passos de vianants amb escalons i sense rampa.

Ens han promès que ens faran arribar un recull fotogràfic de les necessitats que encara trobem a Tavernes. No és que no siguem conscients d’elles, però ens agrada rebre les vostres denúncies sobre allò que considereu inaccessible.

Des de Valldigna Accessible ens comprometem a fer-les arribar a l’Ajuntament, per tal de que prenguen les mesures oportunes, a vore si l’accessibilitat universal deixa de ser una utopia.

Punxant sobre la foto, podreu accedir a les més de 90 fotos que hem rebut.

Moltes gràcies per la vostra col·laboració, quedem a la vostra disposició.
valldigna.accessible@gmail.com